La carrocería del vehículo es una de las partes que el usuario cuida más, ya que de ello depende la vistosidad y buena imagen del mismo. Muchos conductores se deciden a aplicar ciertos trucos caseros para poder lucir la carrocería del vehículo por más tiempo. Uno de los más extendidos, es realizar la siguiente mezcla: diez centímetros cúbicos de alcohol de quemar y otros noventa de vaselina común. Se bate bien y con esta composición se frota toda la superficie del auto. Una vez que quede impregnado, se pasará un paño de algodón limpio que no suelte ningún tipo de pelusa y quedará impecable.
Para aquellos usuarios que no se decidan a realizar ningún experimento, siempre se puede recurrir a la gran cantidad de utensilios de limpieza y abrillantado que existen en el mercado. Por ejemplo, es importante llevar siempre en el vehículo una gamuza de piel, que a pesar de llevar muchos años en uso sigue siendo la estrella a la hora de sacar brillo a la carrocería, ya que limpia y seca ésta y los cristales del auto de forma espectacular y sin dejar rastro de humedad.
Para elegir la cera abrillantadora adecuada hay que tener varios aspectos en cuenta, como el acabado, la protección, la facilidad de aplicación, de retirada y de limpieza y también la relación calidad-precio. Como regla general, el acabado y la protección suelen ser dos segmentos reñidos, es decir, cuanto mejor es el acabado menor suele ser el tiempo de protección que ofrece la cera y viceversa. Por lo tanto, se aconseja al usuario combinar estos dos tipos de cera para conseguir resultados espectaculares: primero aplique la que aporta protección y a continuación la que proporciona un acabado brillante. Asimismo, se pueden dar varias capas según el acabado o los matices que quieran darse a la carrocería.
Para comprobar si la cera está lista para retirarse (dependiendo del tiempo de exposición de cada una), lo mejor es pasar la yema del dedo por encima de la superficie; si la cera se desliza no está seca todavía, pero si está dura puede pasar a retirarse y limpiar cualquier resto con una gamuza, obteniendo un brillo asombroso en la carrocería.
Para comprobar si la cera está lista para retirarse (dependiendo del tiempo de exposición de cada una), lo mejor es pasar la yema del dedo por encima de la superficie; si la cera se desliza no está seca todavía, pero si está dura puede pasar a retirarse y limpiar cualquier resto con una gamuza, obteniendo un brillo asombroso en la carrocería.
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